En la actualidad, existen tratamientos de características
similares en alguna medida; como la homeopatía, los organoterápicos,
homotoxicología, las esencias florales y otros, la “energía” de productos
minerales, orgánicos, vegetales, animales o florales, diluidos y dinamizados en
agua de una manera muy simple pero especial, son los que produce en el cuerpo,
la reacción interna para recuperar la salud, dándole a este, el chispazo
inicial, por decirlo de alguna forma, para que sea la energía del propio
organismo, debilitada por la misma enfermedad, la que genere los elementos
bioquímicos necesarios, que en su dosis justas y precisas que llegará a los
diversos sistemas y órganos indicados del cuerpo, para reorganizar la
homeostasis interna de este maravilloso laboratorio orgánico y en forma
armónica, recupere nuevamente la salud.
La homeopatía, descubierta hace más de doscientos años por
el doctor Samuel Hahnemann, a pesar de no ser reconocida como científica, es
considerada medicamento por su efectividad y la metódica precisión en su
elaborado, pero simple proceso de producción, descritas por su propio inventor
y mantenidas en el tiempo.
Las esencias
florales del doctor Edward Bach han sido reconocidas de igual manera que la
homeopatía, por la Organización mundial de la salud y en muchos países ambas,
forman parte de tratamientos en atención primaria.
Los métodos que ha establecido la ciencia, para que un
producto sea reconocido como tal y avalado por las disciplinas científicas, no
logra aún establecer en la actualidad, los cómo y los porque funcionan tan
efectivamente estos procedimientos tan simples, donde en la mayoría de los
productos empleados como en el caso de las esencias florales y la homeopatía
son sumamente diluidos y potencializados y no se logra descubrir molécula
alguna del producto en dilución, pero producen estupendas reacciones en los enfermos,
mas, si estoy presentando un nuevo método de tratamiento que en cierta medida
es similar y análogo a los que la ciencia aún no registra como científicos,
pero si, los ha reconocidos como medicamentos, es mi deber como creador de este
nuevo método de tratamiento y curación, hacer lo posible para que se logre
comprender y luego, con el tiempo, si es necesario, sea explicado en el ámbito
científico, una vez que la ciencia cuente con el instrumental necesario para,
medir, calificar y cuantificar estas energías tan sutiles pero poderosas,
difíciles aún de identificar que produce elementos energéticos y que en el caso
de las lágrimas los produce nuestro propio organismo.
Estos tratamientos al ser ingeridos al organismo, producen
extraordinarias reacciones para recuperar la salud y sin
duda y con mayor razón, la propia naturaleza orgánica del
cuerpo humano, utiliza esta ley en los elementos que el propio organismo
produce, ya que los entrega muy diluidamente e impregnados sutilmente en el
fluido lagrimal, con los cuales la propia homeostasis orgánica, si son bebidas,
puede aumentar, detener, regular o disminuir la función de un órgano o sistema
específico, para el beneficio de su salud y por tal motivo la importancia de
beberlas.
Existe un poder extraordinario y sorprendente en las
lágrimas, que todos al llorar, han podido comprobar en su más mínima medida y
es que luego de hacerlo, la persona se siente más tranquila y relajada, se
desahoga, se siente bien; muchos han podido comprobar que los niños, luego de
tener una pataleta de llantos copiosa, se quedan dormidos como angelitos y es
por que las lágrimas calman, alivian, relajan y además traen consuelo, entonces, si sabemos que es así, porque en
muchas oportunidades lo hemos podido comprobar.
Autor: Hugo Fuchslocher Salgado es Dr. en Lacrología y Naturopatía (especialista en iridodiagnosis y homeopatía)
Creador de la Lagrimaterapia. Escritor y Conferencista. Miembro del Centre d´études Homéopathiques de France (CHF) y de Medsanf Sans Frontières.
Autor: Hugo Fuchslocher Salgado es Dr. en Lacrología y Naturopatía (especialista en iridodiagnosis y homeopatía)
Creador de la Lagrimaterapia. Escritor y Conferencista. Miembro del Centre d´études Homéopathiques de France (CHF) y de Medsanf Sans Frontières.
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