Cuando mi esposa lloraba por la muerte de su padre, se
suscitó de forma misteriosa, lo que para nosotros fue una auténtica revelación
de la verdad: intuir en las lágrimas el remedio propio y personal de los seres
humanos - y que Samuel Hahnemann describiría como “unimismo” -, mi esposa me
comentó “las lágrimas son como nuestro propio rocío” y sin duda estaba en lo
cierto, un rocío tan especial y con las característica similares al de las flores, pues tienen la facultad de
sanar. Es increíble la similitud de estos sucesos dentro de las medicinas,
quién iba a pensar que éstas serán las que estarán liderando en los próximos
años. Más aún, la homeopatía y las esencias florales gozan de un gran prestigio
en una gran parte de la población mundial ad portas de obtener el liderazgo
cuya causa es la dignidad del ser humano, porque qué más digno que desear salud
y bienestar, y qué mejor si esa salud y ese bienestar abarca a toda la
población mundial, no sólo para algunos. Ahora tenemos la posibilidad de lograr
un consenso en este aspecto, por el hecho que el propio rocío humano es
completamente gratis.
La sanación verdadera del ser humano tiene que ser desde
adentro hacia afuera y desde lo micro a lo macro. Algunos ya han tenido la
posibilidad de probar los beneficiosos efectos de la homeopatía y las esencias
florales, pero ha sido una minoría de la población. Ahora hablamos de un
producto gratis y al alcance de todos, que llega del propio laboratorio del
alma. Ahí está la información del rocío
natural del ser humano que sirve para sanar desde adentro hacia fuera, y se va
propagando a todos los integrantes del planeta para que seamos una familia
feliz.
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