Este tratamiento natural denominado “LAGRIMATERAPIA” emerge
en estos días como solución a múltiples problemáticas del ser humano, entre
ellos y principalmente su salud física y mental; bastión de crecimiento y
fortaleza para alcanzar otros niveles de consciencia superior a los actuales.
Conocía algo de la Psicología transpersonal pero, al
interiorizarme aún más de ella, me he dado cuenta que existe un gran
paralelismo recíproco entre el descubrimiento del poder sanador de las lágrimas
y las directrices que promueven la Psicología Humanista Transpersonal, ya que
las lágrimas y su tratamiento permiten una comunicación directa con nuestro ser
interior, pues brotan desde la Sagrada fuente de vida eterna, y al mismo tiempo
los elementos bioquímicos que disueltas en sus moléculas permiten
trascender a una nueva consciencia de
sanación a través de la mente pero comandada ya desde el espíritu, alejándonos
paulatinamente de un mundo donde actualmente dominan los placebos.
Sin duda que a través de los descubrimientos que utiliza
magistralmente la Psicología Humanista Transpersonal al ponerlos en práctica;
la ciencia con el tiempo será más espiritual y la espiritualidad más científica,
permitiéndonos acceder a otras etapas del saber, donde el conocimiento es
sabiduría y la sabiduría una virtud para transcender.
El ser humano en esta escuela cósmica está sometido
constantemente a una serie de dificultades de la más variada índole y características,
desde aprender a caminar a hablar o a leer, pasando además por dolores,
molestias y enfermedades, problemas estudiantiles, laborales, económicos y accidentes de todo tipo. No deja
de ser un problema también para la humanidad intentar resolver todas las
calamidades en la educación, en la cultura, la política, la economía y en las
religiones. Quien más, quien menos tiene una idea de lo que se podría hacer,
pero la Psicología Humanista Transpersonal a mí parecer, ha tomado las riendas
en este aspecto, delimitado pautas concretas en la búsqueda de soluciones con
su sistema, intentando dejar atrás las palabras inmortales de Shakespeare “ser
o no ser”, ya que aún, a estas alturas de la evolución, nadie puede desconocer
que estamos dominados por el ego.
La Psicología Humanista Transpersonal, es como su misma
palabra lo dictamina sin mayor retórica ni dogma, se caracteriza por la
búsqueda incesante del ser humano superior, que yace en el interior de cada ser
y lo descubre cuando logra ser el que es, el que logra transcender más allá de
la dualidad imperante en el planeta y de los dos hemisferios cerebrales que le
encadenan a la razón. Por lo tanto, esta psicología no deja fuera de sus
conceptos que el humanismo concierne a todos los seres humanos de la tierra
y también tiene oídos para aceptar e
incluir en sus prácticas todo lo que se puede utilizar en el campo de los
descubrimientos para recomendarla entre sus seguidores.
Sin duda la Lagrimaterapia estará ahora dentro de su amplia
gama de posibilidades, llegando como siempre lo han deseado sus cultores a
alcanzar al mayor número de personas, como la levadura que leuda la masa; que
unen sus mentes en una nueva consciencia para transcender, y como dice Claudio
Naranjo, producir el cambio deseado educando desde las bases y espero que
enseñando a los niños para que sepan por qué deben beber sus lágrimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario